Primer lunes del año nuevo, y 362 días por delante para ponernos manos a la obra con todo aquello que se nos quedó pendiente en 2015 por falta de tiempo, de ganas o de recursos. 52 semanas para intentar cumplir esos buenos propósitos que, el que más y el que menos, casi todos nos planteamos por estas fechas. Jugar más con mis hijos, enfadarme menos con el mundo, quejarme menos, quererme más, hacer algo de ejercicio, leer esos libros pendientes, cuidar más la alimentación, dejar de fumar (por cierto, que yo esta vez me he adelantado, y ¡ya llevo tres meses ‘sin’!)…
Nuevas o viejas intenciones, que nos proponemos no sólo en el ámbito personal, sino también en el plano profesional. Y es que, cuántas veces nos hemos oído a nosotros mismos diciendo… ‘De este año no pasa que vamos a hacer esto y lo otro en la empresa, que nunca nos ponemos en serio, ¡y que ya es hora!’.
Si este es tu caso, y además estás convencido de la importancia de la Comunicación en la empresa, quizás ya tengas tu lista de ‘buenos propósitos corporativos’, y seguramente se parecerá bastante a ésta…
- Dedicar tiempo a escuchar, y no sólo a oír: Buscaré el momento y la forma para preguntar a mis clientes. ¿Cuál de mis productos o servicios prefieren?, ¿qué echan en falta en mi catálogo o portfolio?, ¿qué opinan de nuestros servicio de atención al cliente?, ¿qué opinión tienen sobre nuestra página web?, ¿cómo nos valoran respecto a la competencia?…
- Realizar un diagnóstico de nuestro posicionamiento de marca: Nunca es mal momento para detenernos y analizar nuestra trayectoria. La eficacia de las acciones llevadas a cabo hasta el momento, dónde estamos implantando nuestra marca, qué mensajes hemos comunicado, qué respuesta nos está dando nuestro público objetivo, qué percepciones hemos construido en la mente de los consumidores.
- Renovar y actualizar nuestra imagen corporativa: Teniendo siempre en cuenta que la creatividad debe estar alineada con la estrategia de marca, ¿por qué no cambiar de aires en este 2016?… Un rediseño del logotipo, actualizar el material corporativo (tarjetas, sobres, papelería, firmas de correo electrónico), renovar la página web, realizar un dossier o un vídeo corporativo.
- Implicar a todo el equipo en la importancia de la Comunicación: Este año uno de los objetivos debe ser conseguir que todos los empleados de la empresa sean embajadores de nuestra marca, trabajando para que el equipo comprenda, comparta y transmita los valores de nuestra empresa.
- ‘Targetizar’ más y mejor: La clave está en la buena segmentación y en ser más selectivos a la hora de lanzar nuestros mensajes de marca. Se impone el ‘Right Data’ sobre el ‘Big Data’, porque la clave no está en acumular datos, sino en sacarles el máximo partido.
- Hacer que nuestra marca emocione: Vinculando la marca con emociones positivas, contando esa historia que toda marca lleva detrás, tratando de crear una relación ‘afectiva’ y duradera entre los clientes y nuestra marca, con el objetivo de que ellos mismos nos referencien y recomienden.
- Practicar la Comunicación Empática: Comunicando desde el ‘por qué’, trabajando para ponernos más en la piel del cliente, y conectando los valores y la misión de nuestra empresa con sus creencias y necesidades.
- Profesionalizar la Comunicación de mi empresa: Porque todo comunica y más allá de la buena voluntad y del esfuerzo con el que hasta ahora hemos desarrollado diferentes acciones de Comunicación, lo mejor es hacerlo con la ayuda y orientación de un profesional, para garantizar una mayor efectividad. Y es que, ya lo dice el refrán… ‘Zapatero a tus zapatos!’
Así que… dicho queda. Del propósito a los hechos, y de ahí a los resultados… ¿a qué esperas?.